¿No es increíble que la música de Boney M. siga todavía tan viva después de tres décadas?
Liz Mitchell: Sí. Esto es lo que nadie podría prever.
¿Por fin has encontrado el secreto de tu éxito?
Liz Mitchell: En cada concierto compruebo que, ante todo, muchos jóvenes reaccionan con mucho entusiasmo a nuestra música. Esto hace que me sienta bien y rejuvenecida. Recientemente actuamos en Egipto ante 30000 personas, la mayoría de ellos jóvenes, y me quedé muy sorprendida al comprobar como se sabían las canciones de Boney M. Eso me dejó muy impresionada.
En definitiva, el secreto continúa siendo un secreto. Es la verdad. El secreto verdadero de Frank Farian y mío consistía en que nosotros no teníamos ningún secreto. Dios quiso que yo naciera en Jamaica, que un día viajara hasta Alemania y allí conociera a un productor con quien trabajaría hasta conseguir éste éxito. Yo podría haber aterrizado en algún sitio en el mundo, y Frank y yo nunca nos habríamos encontrado. Sin embargo, simplemente tuvo que pasar. Es evidente.
¿Hubo algún momento especial o insólito durante tu carrera?
Liz Mitchell: Hubo tantos momentos insólitos que sería difícil enumerarlos todos. Pero, en concreto, hay dos momentos especiales que tienen mucho significado para mí: el encuentro con la Reina Elizabeth II fue realmente magnífico. Por otro lado recuerdo cuando el partido comunista nos invitó a la Unión Soviética para actuar en Moscú, lo cual fue una experiencia inolvidable. A los rusos les encantaba el tema "Sunny” porque ellos decían que en esos tiempos nosotros habíamos traído el sol a su mundo con nuestra música.
Muchos artistas tienen problemas con la noción del tiempo y el concepto de “leyenda”. ¿Te sientes al menos como "una pequeña" leyenda?
Liz Mitchell: En este momento esto no tiene ninguna importancia para mí. Yo veo una multiplicidad de personas que trabajan y luchan con mucho gusto en éste mundo, con el fin de ser percibidos como una leyenda. A mí me gusta disfrutar y vivir el momento. No necesito ninguna adoración, aunque conozco a muchas personas de mi alrededor que necesitan esta fama. Sin embargo, sé de donde de vengo, y sé quien me conduce por esta vida. Soy realmente feliz porque Dios me ha seleccionado como un instrumento para hacer felices a las personas y darles algo en su vida.